El video publicado exime de demasiados comentarios y pone de manifiesto la conjunción de irresponsabilidades por parte de los actores. Tanto el joven que se resiste a efectuar la prueba de alcoholemia que se le solicita en el marco de un operativo de control vehicular e identificación, como se realiza habitualmente, como el desacertado y poco profesional accionar de los oficiales de Policía en Salto, que aplican innecesario y equivocado uso de fuerza para disuadir lo que sin duda es una flagrante resistencia a la autoridad.

Dos efectivos masculinos, uno de ellos de mayor estatura que el aprehendido, transforman un operativo en una batalla callejera, con un efectivo arrastrándose por el suelo (colocándose en absoluta indefensión), otro que ni siquiera flexiona sus rodillas para agacharse a ayudar en la sujeción, restando fuerza a su accionar y una efectivo femenina que da vueltas alrededor durante varios minutos, sin atinar a solicitar ayuda a base, como hubiese sido lo indicado.

Pero lo gravísimo del hecho radica en algunas frases del audio, que alcanzan a oírse, donde un efectivo profiere como amenaza: "Te voy a arrancar la cabeza", y a lo que otro efectivo responde: "Arrancale la cabeza". Y de inmediato hace recordar tiempos de horrores, con tonfas golpeando cabezas y espaldas.

No se trata de darle la razón a un joven que evidentemente se negaba a cumplir algo simple como un control, ni se trata tampoco de pedir sanciones a efectivos que son "largados a la calle" con unos meses de instrucción apenas, sin preparación, sin ejercer luego sobre ellos el control que brindan las academias, los entrenamientos físicos, etcétera. Se trata de desnudar una vez más las responsabilidades superiores, que van más allá de los comisarios, que deben lidiar con la escasez de personal, de recursos, de móviles.

Se trata de golpear las puertas de las secretarías, de los ministerios, para que los efectivos policiales cuenten y reciban la debida preparación, entrenamiento y equipamiento para poder cumplir acabadamente su deber y cometido.

Habrá investigaciones internas, se establecerán responsabilidades. El subcomisario a cargo tomó conocimiento del hecho, a través del video que se subió al grupo de WhatsApp de Prensa Policial. Lo que significa una grave omisión de los efectivos que participaron en el operativo.

Esto no exime de responsabilidades por resistencia a la autoridad al joven de marras. Pero era otra la forma: un efectivo entrenado no hubiera permitido que un hecho simple de aprehensión resistida, se hubiera transformado en una confrontación innecesaria.