Desolación

Inundación en Salto, algo que duele cada día más

Siendo las 16 horas de este martes, 17 de enero, la pregunta sigue siendo la misma que cuando comenzó este 2017: ¿Hasta cuándo el agua será dañina con la ciudad?

Estamos hablando quizás de una inundación que no se ha salido de los parámetros esperados, pero sí de una seguidilla de crecidas que marcan una línea de alerta constante y que hacen pensar a más de uno en qué es lo que se debe o debería haber hecho hace ya mucho tiempo.

El Presidente de la Nación ha decretado la alerta por las zonas inundadas haciendo foco en la asistencia para las víctimas, eso acá sobra, lo que falta es un plan, sí, un plan que evite tener que ver la tristeza en las calles de una localidad que no terminó de reponerse de una crecida cuando se encuentran con otra y que no sabe, al menos por ahora, qué pasará en los siguientes días ya que el rio sigue creciendo.

Por lo pronto podemos decir que en Rojas se ha incrementado el nivel del cauce en 80 centímetros, lo que marca que esa agua tarde o temprano llegará a Salto.

El tema es saber si será ese caudal o si sumado a lo que viene desde otras localidades ocasionarán que los 5 metros de promedio que hoy tiene Salto se conviertan en muchos más.

Esperemos que esto sea el punto donde las autoridades provinciales y, por qué no decirlo, nacionales digas hasta acá se llegó con esto, quizás no por ellos sino por la gente porque solidaridad entre el pueblo es lo que sobra, lo que está faltando es la cuota de trabajo por parte de los gobernantes.

Cabe destacar que esto no es una crítica a quienes hoy están en el poder, sino a lo que estuvieron tanto tiempo y siempre la excusa fue decir que el campo y sus canales, que la naturaleza nos está pasando factura y que hay un plan hídrico en ejecución, bla bla bla… Lo que se necesita es que se dé comienzo de una vez a una serie de trabajo serios y consecuentes con la necesidad de los saltenses, los rojenses, los juninenses y tantos otros vecinos del interior que viven esto como una marca muy difícil de borrar porque para el que no la sufre es una catástrofe pero para que el pierde todo y sin poder reponerse lo vuelve a padecer es mucho peor.

Pensar en el que está al lado de uno es más difícil que pensar en uno y sus intereses pero en esta sociedad, y en este momento de la historia es más que necesario…

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